martes, 8 de abril de 2014

Carta de amor para una lesbiana II

La primera vez que este blog empezó a escucharse por la red fue gracias a una carta que escribí hace ya seis años, hoy escribo otra, seis años después a la misma persona a la mujer que ha inspirado todos y cada uno de los relatos de lecturas lésbicas, la mujer que inspira todos y cada uno de mis días.

 Carta de amor para una lesbiana II

Te escribo otra vez desde mi blog, desde este espacio privado y a la vez público que me ayuda a expresar y a compartir todo lo que siento. Han pasado seis largos años desde que escribí la primera carta, dicen que con los años se calma esa pasión que se siente al principio de la relación, dicen que los problemas cotidianos hacen que dejes de ser romántica o que dejas de tener los detalles del principio de la relación, dicen que los homosexuales en general no sabemos mantener una pareja por nuestra forma de vivir, dicen...

Y no estoy de acuerdo, te amo mucho más que antes, te deseo mucho más que antes, me duele mucho más la distancia, me afectan mucho más las críticas,tengo mucho más frío si no siento tu cuerpo por las noches a mi lado,  eres mi familia, mi amante, mi pareja, mi amiga, eres... simplemente eres.

Eres ese todo que me llena, eres esa voz que me convierte en mejor persona cuando estás cerca de mí, eres esa esencia que me acompaña cada segundo de mi vida, lo eres todo y eres nada. Nada porque no me imagino un futuro sin ti, no me imagino una casa sin tu olor, no me imagino el baño sin tu cepillo de dientes, no sabría que hacer si no me regañas y me haces sentir como una niña pequeña cuando me equivoco, ya no sabría vivir sin ti, sin tu amor, sin tu ser.

Te amo, así sin más, te amo. Hace seis años sentía miedo, miedo al rechazo, miedo al futuro, miedo a no ser aceptada, miedo a mostrarme al mundo tal cual soy, miedo a gritar amo a una mujer, miedo a no poder ser yo misma, miedo a no poder casarme contigo de verdad, con papeles, con derechos, con dignidad. Hoy parte de ese temor ha desaparecido, legalmente eres mi esposa, soy tuya y no me da miedo reconocerlo. Soy tuya en cuerpo y en alma, soy la niña que desea que la abraces, la amante que desea que la tomes, la esposa que desea que llegues a casa, soy tuya ya sin miedos, sin escudos y sin prejuicios.

Es cierto que no vivimos en un mundo perfecto e idílico, hemos tenido que pelear mucho por el respeto de la familia, de los amigos, en el trabajo, en nuestra vida.  Tenemos más de lo que mucha gente puede desear y a veces conseguirlo a dolido mucho, nos hemos dejado sudor y más que una lagrima, pero te escribo para decirte que ha valido la pena, si volviera a nacer lo repetiría sin dudarlo ni si quiera un segundo, porque te amo en los buenos momentos y en los malos.

Sobre todo en los malos, aunque me desespere, aunque me enfade con el mundo, aunque esté susceptible y malhumorada... En los malos momentos me doy cuenta de que eres el trozo de cielo donde quiero esconderme, el cuerpo femenino donde me quiero sentir segura, los pechos donde quiero colocar mi cabeza, el hombro donde relajarme y dormir. En los malos momentos me doy cuenta de que sin ti no sabría que hacer.

Si, soy lesbiana, somos lesbianas. Somos mujeres que amamos a una mujer, somos la minoría criticada por los sectores conservadores, religiosos e incultos, pero me da igual, si por amarte soy una enferma, si por amarte soy una viciosa, si por amarte cometo un pecado, entonces llévame al infierno contigo, llévame a la enfermedad, llévame a la libertad, porque para mi el verdadero infierno, el verdadero dolor es no estar a tu lado.

Quiero seguir llorando contigo, quiero seguir riendo a tu lado, quiero seguir sintiendo tus manos sobre mi piel, tus labios sobre mis pechos, quiero seguir pecando una y otra vez en la cama, quiero seguir gimiendo una y otra vez bajo tus caderas, quiero seguir siendo una mujer que se vuelve loca con otra mujer. Quiero ser la lesbiana que te hace reír cuando canta en el coche, quiero ser tu rutina, tu futuro, tu aventura. Quiero ser...

Me gustaría saber escribir como todos esos poetas, poniendo las comas en su sitio, utilizando esas palabras que solo ellos saben usar. Pero no sé, así que te escribo solo como sé hacerlo, desde mi blog, desde mi cama, desde mi corazón. Te quiero, te amo, te deseo, te necesito y solamente tú eres todo, solamente tú eres mi todo.

Me despido por esta noche sin despedirme, porque no quiero que tenga un final, porque contigo siempre es el principio, el principio de amarte cada día más, el principio de ser tuya cada vez más...

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