Cuando ví a mi pareja por primera vez, supe que iba a ser para mi, esta historia no tiene mucho que ver con la nuestra pero quien sabe si a alguien le sucedíó...
Todos los días pasaba por delante de mi casa con una mochila al hombro y una carpeta debajo del brazo, siempre a la misma hora, con la mirada perdida, se dirigía a la parada del autobús, se sentaba fumando un cigarro y cuando el autocar, no tan puntual como ella, se paraba ella se subía a él posiblemente para dirigirse a la universidad.
Era joven, no demasiado alta y tampoco demasiado delgada, tenía los hombros anchos y unas hermosas caderas que siempre cubría con unos pantalones vaqueros. Morena, sencilla, interesante… Al principio a penas me fijaba en ella, pero poco a poco sin saberlo se convirtió en una persona casi indispensable para mí, todas las mañanas entraba en mi vida sentándose en su parada del autobús.
Todas las mañanas la saludaba y ella siempre respondía con una sonrisa cada día más deslumbrante. Comencé a soñar con ella todas las noches y un día sin saber porque le regalé un bolígrafo viejo y hermoso que tenía abandonado en casa. Lo agradeció invitándome a un café, además de guapa era inteligente, me había enamorado.
La chica del autobús me entregaba todas las mañanas una historia o un cuento, escritos con el viejo bolígrafo “para que veas que le doy uso” me decía, leía los cuentos con avidez y los guardaba en mi mesilla como si de una pequeña biblia se tratasen, jamás me pregunte cual era la razón de estos cuentos.
La mañana anterior al fin de las clases me encontré con una carta en el buzón de mi casa, parecía estar escrita por la estudiante que robaba mi corazón por las mañanas, la abrí con rapidez y curiosidad, la carta decía así: “El curso ha terminado y no regresaré a la parada del autobús, los cuentos que he escrito te acompañarán siempre que los recuerdes y el bolígrafo que me has regalado siempre lo llevo pegado a mi corazón, si algún día nos encontramos de nuevo, seré tuya”
Durante semanas estuve triste y decaída, no podía parar de pensar en aquella hermosa y sencilla chica, leía sus historias intentando adivinar que era lo que le sucedía, viajaba en el autobús buscando alguna pista sobre su paradero, pero nada sabía de ella, las mañanas se convertían en tristeza y ella ya no estaba.
Una noche, cuando la avenida se encontraba desierta allí estaba ella, en la parada, no me atrevía a decirle nada, me senté a su lado para hacerle compañía y sin mediar palabra me besó. El tiempo se paró, mi corazón se aceleró, mis piernas temblaban. Era dulce, sensible, tierna, su misterio se convirtió en mi perdición, solo puedo decir que cumplió su contrato, fue mía, ahora ya no es un misterio, es la mitad que llevo buscando toda mi vida, la mujer que ama a otra mujer, la mujer que hace que mi amor lésbico sea un cuento convertido en realidad.
3 comentarios:
Precioso, precioso, precioso
de lo unico que me siento orgullosa es de amarme y de amar a una mujer fuera de cualquier ideologia.... y este amor es el mas verdadero del mundo
awwwwwwwww, me gusta esta historia snifff XD.Gracias por compartirla
Publicar un comentario