La osita mágica

Después de algún tiempo separada, regreso con una pequeña historia dedicada a todas aquellas que alguna vez han sentido a alguien a su lado por las noches

Fue un año de luchas continuas, algunos fracasos y porque no decirlo grandes victorias que no hace demasiado tiempo parecían inviables, pero toda lucha tiene un desgaste tanto físico como emocional que casi consigue que esta humilde cuenta cuentos cediese su magia a los malvados del reino.

Unos malvados alquimistas se propusieron esclavizar a todos los seres del lugar para convertir como en épocas anteriores cualquier metal que se les cruzase en oro, pero emulando una novela muy conocida: esta es una historia que será contada en otra ocasión. Aunque he de añadir que los alquimistas durante un tiempo evitaron que encontrase la magia en esas pequeñas cosas que pueden sacarte una sonrisa a cualquier hora del día.

Llegaba tan cansada a casa que cuando me tumbaba en la cama lo único que deseaba era cerrar los ojos y dormir, como si el sueño fuese capaz de borrar todo aquel mal que en aquellos momentos rodeaba mi vida. Dormía sin apenas recordar los sueños y me despertaba como sin tan solo hubiese entornado los ojos durante unos minutos, hasta que algo sucedió...

Una noche soñé con una osita, era blandita y cariñosa, un peluche tierno y perfecto con un curioso aroma de mujer. La osita se introducía en mi cama, se acurrucaba entre mis brazos colocaba su suave cabecita en mi pecho y se dormía sin más, provocando en mi una extraña sensación de amor y protección, aquella osita del sueño me hacía sentir realmente bien. Cuando me desperté por la mañana ya pude ver la alegría de las galletas en el desayuno y el guiño del tazón de leche dandome los buenos días.

Noche tras noche, aquella osita se introducía en mi cama y en mis sueños impregnando mi subconsciente de aquel sensual olor a mujer que poco a poco y sin apenas darme cuenta se convirtió en parte de mi vida, hasta el punto de que en plena batalla con los alquimistas malvados buscaba la presencia de aquel curioso peluche.

Una mañana me sorprendí a mi misma descubriendo que aquel peluche era sin duda un ser real cuando fui a la cocina la osita, era una fantástica mujer que estaba preparando el desayuno cantando mientras mi amigo el tazón de leche le hacía los coros.

Aquella mujer había conseguido despertar en mi de nuevo mi instinto de amar, mi instinto de proteger, mi instinto de buscar seres fantásticos en el interior de mi domicilio...

Aquel olor que me estimulaba cada dia siempre ha estado y siempre estará conmigo, tu esencia, tu frangancia, tu perfume de mujer que provoca inundaciones cada vez que se acerca levemente a mi, aquella sensación me ha traido de regreso a mi mundo mágico.

Los problemas, los alquimitas, casi provocan que me olvide de cuan suave puede ser el cuerpo de una mujer entre mis brazos, de cuantas maneras diferentes existen de amar y de que a mi manera, seas mi osita o mi salvadora siempre estaré contigo.

Esa osita ha conseguido que lecturas lesbicas regrese y por ello le estaré eternamente agradecida, quien sabe, quizás el peluche que tenéis encima de la cama se puede convertir u os puede ayudar a conseguir el amor de vuestra vida, solo es cuestion de soñar, recordad la vida aunque es dura siempre tiene mágicos momentos.