Nunca deberiamos dejar de jugar, los juguetes traen la felicidad a niños y mayores...
Me encanta el agua puedo pasarme horas con la vista perdida en el infinito horizonte del océano y estar debajo de la ducha o en la bañera con agua caliente y jabones olorosos hasta que me queda la piel arrugada como a una pasa. Además si algo hace perder mis sentidos es una mujer recién salida de la ducha con el pelo húmedo y esas gotas de agua dulce recorriendo la suave piel de una dama perfumada y relajada, en esa situación puedo decirle a una mujer, sobre todo si es la mía, si a todo lo que me pida.
Los baños nocturnos con sales son fantásticos, con velas, incienso por la casa, calefacción y una cama con sabanas limpias y recién hecha es uno de esos placeres que intento disfrutar siempre que el trabajo y el tiempo me lo permitan. Incluso tengo un patito de goma para jugar en la bañera en soledad o acompañada.
Una noche de esas en soledad, decidí darme un baño con sales relajantes con olor a rosas, me tumbé dentro de la bañera y cerré los parpados para disfrutar del tacto del agua sobre mi desnuda piel mientras el sonido de las gotas acariciaba mis oídos. Llego un momento en el cual decidí, aprovechando mi intimidad, jugar con mi patito de goma. Lo puse sobre la superficie del agua a nadar y lo llevaba por toda la bañera como si el pato estuviese investigando un nuevo estanque lleno de curiosidades.
No sé porque lo hice, sujete al tierno muñeco, lo coloque en la palma de mi mano, miré sus tiernos ojos y sin poder evitarlo le di un beso en el pico. El cuarto de baño comenzó a temblar, no sabía que estaba sucediendo, me asuste e intente salir de la bañera, me tapé con el albornoz, me giré para averiguar que era aquel temblor y... ¡Mi pato de goma era una mujer! Hermosa, desnuda, mojada por el agua de la bañera, rubia como el muñeco nadador, ojos intensos y profundos... ante mis ojos se encontraba una sensual dama desnuda.
Durante cinco minutos la observe con la boca abierta, impresionada por aquel descubrimiento, mi mente no era capaz de adivinar lo que estaba pasando en mi casa y mi libido no podía evitar que cierta parte de mi cuerpo se humedeciese mas de lo que estaba por el agua. La mujer se sentó y señaló el hueco de la bañera que quedaba libre, obedeciendo y venciendo al miedo que me embargaba, regrese de nuevo a mi espacio, abriendo el grifo para que el frío no nos estropease aquel momento.
La hermosa mujer comenzó a jugar con sus pies con mi piel, acarició sin mediar palabra mis pechos , llevo sus labios a los míos... cuando me dí cuenta, estaba haciendo el amor con ella...
Comencé temblar y abrí los ojos, encontrándome con la juguetona mirada de mi mujer que jugueteaba con sus manos por debajo del agua.
-Te has quedado dormida, ven a la cama conmigo que te vas a resfriar-me dijo.
Esa noche descubrí que a veces la realidad supera la ficción, aunque sigo manteniendo que no existe nada mejor, que mi mujer saliendo desnuda de la bañera.
1 comentario:
...puedo decirle a una mujer, sobre todo si es la mía, si a todo lo que me pida....compartimos lamisma debilidad Mujeres :P
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