¿Quien ha dicho que las hadas no existen? La imaginación y los sueños siempre deben perdurar en el tiempo...
Cuando la noche cae y las estrellas se convierten en guías de la oscuridad, las hadas toman los campos, las casa, los jardines y los lugares habituales que por el día ocupamos los seres humanos. Existen muchas clases de hadas, han corrido ríos de tinta hablando de estos hermosos seres, pero las noches las toman unas hadas muy curiosas e interesantes, las hadas lésbicas.
Estas hadas son juguetonas como los duendes, de vez en cuando comenten travesuras que provocan algún tipo de transtorno a la comunidad humana: abren grifos, rasgan sacos de semillas con flores, o manchan el capó de algún coche con un polvo extraño. Nuestras hadas lésbicas son ademas hermosas y enamoradizas, que decir como nombre indica se enamoran habitualmente de mujeres. Estos seres mágicos son nobles e inteligentes, ayudan de forma desinteresada a todos aquellos que crean en su existencia y tienen una especial predilección por los olores frutales, si alguien quiere contactar con ellas solo tiene que poner una bandeja de fruta en su cuarto o bañarse con geles que huelan a estos alimentos.
Las hadas visitan a menudo el estanque lésbico, se cuelan en las casas para ver películas de dibujos animados o bien se juntas todas para ayudar a alguna pareja de chicas enamoradas. Una noche, cuando todas estaban cantando y bailando, una pareja de chicas paseaba por la calle, tenían los ojos llorosos y parecían tristes y angustiadas.
Las juguetonas y mágicas amigas intentaron averiguar que le sucedía a esta pareja. Se escondieron tras una farola y cuando las mujeres se sentaron en un banco disimuladamente se colaron en sus bolsillos. Por el ruido de los coches nada pudieron oír de la conversación que mantenían las jóvenes mujeres, así que decidieron ocultarse en el bolsillo hasta llegar al domicilio de las humanas.
Aunque no esta bien espiar a los demás, las hadas descubrieron que las muchachas no tenían tiempo suficiente para estar juntas, ya que el trabajo, el dinero y la distancia se lo impedían. Cuando llegaba el momento de despedirse la tristeza embargaba sus corazones y las lágrimas ganaban la partida a los sentimientos hermosos que se procesaban no pudiendo hacer mas que abrazarse.
Las pequeñas curiosas decidieron hacer algo para evitarlo. Con sus poderes mágicos se colaron en numerosas agencias de empleo para que a una de las muchachas extrañamente le lloviesen ofertas de empleo, buscaron por las noches en agencias inmobiliarias hasta encontrar una casa hermosa y económica la compraron firmaron los papeles a nombre de las chicas y dejaron las escrituras y las llaves en el buzón e incluso consiguieron organizarles un viaje de enamoradas a un lugar exótico sin que a las muchachas les costase nada.
Una vez las hadas terminaron este trabajo las dos mujeres fueron felices, pero las traviesas ejecutoras de este golpe de suerte continúan buscando parejas lésbicas para hacerlas felices y practicar sus pillerias. Ya sabéis, creed en las hadas, nunca se sabe lo que pueden llegar a hacer por vosotras.
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