lunes, 28 de diciembre de 2009

El susto

Mi grano de arena en la prevención de enfermedades femeninas...

Eran jóvenes y hermosas, llevaban toda su vida juntas y a ellas les parecía casi una eternidad, aunque para el resto del planeta tenían una larga vida por delante. Eran chicas sanas y deportistas les gustaba jugar al tenis y de vez en cuando quedaban con sus amigas para echar unas canastas en el barrio. Sus amigos de la pandilla las adoraban,  ya que eran una pareja de lo más sociable y sus familias, acostumbradas ya a verlas juntas desde niñas, estaban encantadas con aquella relación para nada inocente.

Como toda pareja joven enamorada tenían una gratificante vida intima, con el aliciente de que ellas no necesitaban métodos anticonceptivos como la píldora o elementos similares, tan solo se dedicaban a disfrutar. Aunque tenían una hermosa vida sexual nunca habían visitado al ginecólogo, por un lado porque no deseaban decirle a ningún extraño su condición homosexual y por el otro porque nunca habían sufrido ningún tipo de problema además todavía no pensaban tener hijos, ellas eran muy jóvenes para eso, ir a enseñar sus partes intimas les daba muchísima vergüenza, así que evitaban la consulta de aquel especialista.

Una de ellas empezó a tener desarreglos en la menstruación, al principio no le prestaron atención y le echaron la culpa a los nervios o a los cambios de estación, su madre tampoco le dio la mayor importancia
y dejaron pasar el tiempo. En su vida intima esta chica además comenzó a tener fuertes dolores en los ovarios después de hacer el amor, hasta el punto de que ya no le apetecía ni que su novia la tocase, por las molestias que llegaba a sentir, así que tuvieron que ir al ginecólogo casi de urgencias.

El diagnostico no fue en absoluto alentador, le encontraron un quiste en un ovario de un tamaño considerable y nadie les dijo si aquel tumor era benigno o maligno, el médico incluso les informó de la posibilidad de vaciarla si aquello no respondía al tratamiento que le habían asignado, al haber tardado en ir al médico el mal estaba extendido. Los días hasta el resultado de las pruebas se hicieron insoportables, el miedo se apoderó de ambas y de todas las personas que las querían, ya que en caso de que tuviese cáncer, al ser joven, aquello se podía complicar mucho. Lloraban por las noches desconsoladas y pensaban en todo lo que les quedaba por hacer o en todo lo que podía suceder, el dolor y la sensación de pánico que estaban viviendo era lo peor que les había sucedido nunca. La pareja de la chica enferma no se imaginaba su mundo sin ella. así que sacaba fuerzas de donde no las tenía para luchar contra aquel mal desconocido.

El tumor resulto ser benigno, pero el tratamiento fue costoso y doloroso, ya que al dejar pasar el tiempo las medicinas habituales no resultaban, la tuvieron que operar para sacar aquello de su cuerpo. Desde aquel día ambas fueron periódicamente a sus revisiones conocedoras de que un diagnostico a tiempo puede evitar problemas mayores incluso, puede salvar una vida. El diagnóstico precoz del cáncer de mama salva al 90% de las mujeres, lo mismo con otro tipo de enfermedades ginecológicas, así que salid del armario en el médico aunque solamente sea por las personas que os quieren. Las lesbianas también somos mujeres.

Información cáncer de mama  
Salud lésbica
Guía Sexual

2 comentarios:

Poetica dijo...

El susto y pasela por Inocente!!!
JAJAJAJA!!!!

Maria Antonietta dijo...

Interesante manera de hacer conciencia me gusto esta exelente!
saludos... que pases lindas fiestas :)

palyginti kainas