martes, 22 de diciembre de 2009

Un día en la cocina

Una forma divertida de ver las tareas domésticas...

Dicen que realizar las tareas del hogar es una tarea tediosa, para algunas de nosotras incluso odiosa. La colada, la fregona, la limpieza diaria, la compra en el mercado, la cocina... Además a lo largo de la historia a las mujeres se nos relegaba a esas tareas sin importar cuanto de costosas pueden llegar a ser, sobre todo si hay niños en el hogar o mayores que necesitan algún tipo de atención. Con el tiempo esto ha ido cambiando poco a poco, pero eso no significa que a algunas les lleve un mundo planear que hacer de comer para el día siguiente. Pero como ya he relatado en más de una ocasión, en las pequeñas cosas es donde encontramos la magia de cada día y he descubierto que hacer de comer puede llegar a ser lo más mágico que me ha sucedido, sobre todo si ella esta a mi lado en ese momento.
Una mañana descubrí que dependiendo de mi estado de ánimo al hacer la comida, después de retirarnos de la mesa, mi novia se contagiaba extrañamente de mi mismo humor si yo estaba de mal humor por muy buen día que ella tuviese, a su vez se ponía de mal genio. Si yo estaba cariñosa, ella se ponía cariñosa y así sucesivamente.
Comencé a estudiar aquella situación y averigüé que aquello se extendía a mis amigos y familiares, lo cual empezó a preocuparme mucho y decidí derogar aquella tarea a mi amada novia, mientras yo como buena mujer presumida, me encargaba de tener la ropa siempre en perfecto estado. Pero con el tiempo a mi novia le sucedió lo mismo que a mí, en la cocina contagiábamos nuestro estado de  ánimo a todo el mundo y si bien en algunas intimas ocasiones agradecíamos la complicidad, en otras era algo incomodo y casi vergonzoso, a fin de cuentas los sentimientos son algo muy intimo.
Una noche, mientras las dos compartíamos con amor nuestro agotador día de descanso, tumbadas en el sofá mientras veíamos la televisión, un barullo ensordecedor salio del fondo de la cocina. Con el susto de aquel estruendo, corrimos hacía allí pensando que se había descolgado alguna estantería con platos o cacerolas. Revisamos de esquina a esquina, nuestra no muy grande cocina y no encontramos nada fuera de su sitio, comprobamos la estabilidad de la vajilla, decidiendo regresar de nuevo al sofá al no ver nada dañado.
Al día siguiente no teníamos que ir a trabajar, como se acercaba la navidad, preparamos una langosta con setas mientras escuchábamos música en la radio y nos robábamos besos al mínimo descuido. Estábamos solas en casa compartiendo si prestar mayor atención nuestros sentimientos y convirtiendo nuestra mañana en la cocina en una gran fiesta privada donde lo más importante era pasarlo bien, poco nos importaba si la langosta sería más o menos comestible, solo compartíamos con ella nuestro amor.
Después de pasar aquel fantástico día casero disfrutando de una buena compañía, nos encontramos una extraña nota en la mesa del comedor. Estaba escrita en una especie de papiro antiguo con una letra hermosa y antigua. "El arte de la cocina reside en el amor e interés que se le ponga a los platos, por ello decidimos compartir durante unos días nuestro secreto con vosotras. Atentamente: El duende cocinero"
Desde aquel día buscamos el duende de la colada, a ver si también comparte con nosotras la diversión y la alegría del fresco aroma a rosas del suavizante para la ropa. Nunca sabes en que esquina y en que momento te encontrarás un ser mágico o un momento más mágico todavía.

4 comentarios:

Maria Antonietta dijo...

Hola! =) me da mucho gusto leer tus historias, son muy magicas y es muy divertido leerlas, creo también que llegar a cocinar para alguien o junto a quien amas hace todo más genial.... Y buena linda historia ¿ solo imaginación? o ¿ imaginación con un poco de realidad y un toque de magia? .. Que estes bien saludos =)

LadyCuchi dijo...

De todo un poco, realmente creo que es magia mezclado con imaginación :-P

Maria Antonietta dijo...

Que Agradable eso =), se nota que es algo de magia con imaginación como dices tu, insisto que tu forma de escribir es muy magica y lenta lo que hace mas rico leerte y me encanta.. y bueno creo que la madre de Carolina no entiende que una mujer puede hacer feliz a otra mujer o derechamente es lesbiana repremida xD .. bueno te dejo saludos cuidate Tribadista =)

Anónimo dijo...

Como lesbiana feminista venezolana, y profesora de la universidad del zulia en estudios de género lésbico, me encanta esta web¡¡¡ elida aponte sanchez

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